No puedo decir que “La Guerra de las Galaxias” sea la mejor
película de la historia (que no lo es), pero para mí tiene un sentido muy
especial y me acompaña desde la infancia. Me he emocionado con muchas de sus
entregas, he vibrado con su acción y espectacularidad, me reconozco muchas
veces repitiendo frases míticas de sus protagonistas y me encanta pensar que en
la sencillez de una historia clásica desde un prisma de ciencia ficción reside
el verdadero amor por el cine que entretiene y que llena. No sé ni cuántas
veces habré visto las tres películas originales, pero no me canso nunca de
verlas. El primer recuerdo que tengo de una sala de cine es viendo “El Retorno
de Jedi” y desde entonces he sentido
estas películas como si fueran una parte de mí. Reconozco que los Episodios I,
II y III son bastante más flojos que los originales (aunque el Episodio III es
muy grande por todo lo que suponía cerrar esa historia para los seguidores
de siempre), pero con este episodio que se nos viene encima puede volver la
esencia original y su magia. De eso intenta convencernos su director J.J.
Abrams y espero que lo consiga, aunque sólo por volver a ver al Halcón
Milenario o a los protagonistas algo más viejos en pantalla ya tiene
muchos puntos ganados.
Habrá que esperar al viernes para sentir si es cierto eso de
que “la fuerza” vuelve a despertarse. Me viene a la cabeza cuando hace un año se
me ponían los pelos de punta al descubrir el primer teaser de la película.
Desde entonces no he querido saber demasiado de la misma porque prefiero
sorprenderme in situ, pero por fin ahora es una realidad con la que espero
poder seguir disfrutando de esta saga gloriosa como un niño.
Que la fuerza os acompañe.
La historia es buenísima, y tiene todos los ingredientes de las grandes epopeyas clásicas, que vete tú a saber con qué universal humano conectan, pero que llevan siglos fascinando. Quizás la seguridad de un "bien" y un "mal", que tanta falta nos hace. Quién sabe ;)
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