Escribir sobre Quique González de una forma objetiva es prácticamente
imposible para mí. He seguido su trayectoria desde el principio y he crecido
musicalmente con él. Lo he visto en directo muchas veces y ha conseguido emocionarme siempre.
Quique González es como de la familia. Cada vez le comprendo mejor y me
siento más cerca de él a pesar de que sus conciertos sumen más público y se
le pueda ver como una persona inaccesible. Pero no es así.
Cuando le veo en directo estamos cara a cara y me siento uno con él y su banda, estos
Detectives que no paran de crecer. Una vez dicho esto no sería necesario reivindicar más su
etapa con Carlos Raya, ni con Jacob Reguilón o Javi Pedreira. Su banda actual
le sienta como anillo al dedo y, nostalgias a parte, se puede decir rotundamente
que el madrileño está en su mejor momento y tiene justamente la banda que siempre había deseado. Unidos como un todo que suena potente, pero a la vez muy cercano y que deja
total libertad a Quique para expresarse y transmitir plenamente con sus
canciones todo lo que lleva dentro.
Volver a ver a Quique González en su querida Sala
Oasis el pasado viernes 19 de mayo puede parecer que no me fuera a sorprender, pero una vez más sí que lo
hizo. Pasaba por mi ciudad para ofrecer el tramo final de su gira presentando “Me mata si me necesitas”, pero a pesar de haberle visto un año
antes en este mismo escenario y con esta misma gira el concierto del viernes no fue para nada un calco de aquel, salvo en la escenografía, que repite con los mismos elementos. Las canciones han ido creciendo y
los Detectives están cada vez más cómodos con Quique, y eso es algo que
engrandece la propuesta actual en estas últimas fechas de la gira con la que
lleva en la carretera más de catorce meses. El repertorio sigue centrándose en
su último disco, aunque ahora se interpreta desordenado y no tal y como se
presenta en el álbum. Además aparecen nuevos temas con más garra e incluso un ritmo algo más
acelerado. Los momentos íntimos son escasos y las revoluciones
aumentan con un Quique que juega con algunos versos de sus canciones
cambiándolos o dando nueva rítmica a los mismos. Otro de los cambios
sustanciales con respecto al tramo de esta gira de hace un año es que entonces
también se conmemoraban los quince años de la publicación de aquel mítico
“Salitre 48”, que también ocupaba gran parte de la velada. Sin embargo ahora
las canciones de este disco quedan reducidas a un par y en contraposición
ofrecen otras más potentes de discos recientes. Al final el repertorio
queda más equilibrado que al principio de la gira, más vivo y sorprendente, con un setlist diferente y jugando con la tensión y un pulso vivaz.
Ya desde los primeros compases de la noche vimos a una banda “con ganas
de rockear” interpretando “Orquídeas” y “Sangre en el Marcador”, seguidas de
esa fantástica canción a dos voces que es “Charo”, esta vez con Nina más
segura contando además con el respeto de todos los presentes. Sólo pondré una pega
a Nina, aunque ella no sea la responsable. Casi todo el concierto quedó en un
segundo plano y su voz no destacaba salvo cuando se quedaba sola cantando. Creo
que una voz tan maravillosa como ésta tiene que tener más protagonismo, por lo
que no estaría de más subir el nivel de su mezcla para que se aprecie con claridad su
valiosa aportación al conjunto. Con el rock como protagonista y cambiando
continuamente de guitarras en cada canción (gran trabajo del backliner) se
sucedieron “La fábrica”, “¿Dónde está el Dinero?”, “Tenía que decírtelo”, “Te lo
dije” y “Relámpago”, todas ellas subidas de revoluciones y con algún solo
mítico compartido entre las guitarras de Edu Ortega y Pepo López (que cada vez logra convencerme más) y el hammond
de David Schulthess. Esta sección guitarrera se cerró con “Salitre”, que daría paso a uno de los escasos momentos íntimos de
la noche con Nina cantando “De haberlo sabido” con la emoción contenida. Una canción que parece compuesta para ella y que con su increíble interpretación le da una atmósfera cálida y desgarrada a la vez.
“Detectives” nos devolvía al disco protagonista para afrontar con paso firme la
incontestable “Parece Mentira”, la delicada “Se estrechan en el Corazón”, la
infalible “Avería y Redención” y la fantástica “Su día Libre”, donde Quique González
se mostró emocionado, interpretando con precisión y pasión.
A continuación recogió el testigo “Clase Media”, que gana un sitio merecido en su repertorio (recordemos que fue la primera canción que grabó en estudio con sus músicos
actuales y quizá por eso le guarda un especial cariño), “Kamikazes Enamorados”,
a la que ya nos hemos acostumbrado a escuchar con su traje más rockero, “No es lo que
habíamos hablado”, mano a mano con Nina, y finalmente “La Casa de mis padres”,
que de nuevo sirvió de catarsis emocional para su
protagonista, pero que también hacemos nuestra y nos permite sintonizar perfectamente a todos sus seguidores con
él.
El músico salió de nuevo al escenario para afrontar en solitario la primera canción de los bises
únicamente provisto de su guitarra acústica (atrás quedaron aquellos conciertos en los
que se sentaba al piano) y dedicó “Anoche estuvo aquí” a su amigo Carlos Raya, el artífice y
gran responsable de la carrera inicial de Quique, que se encontraba presente esa noche en la sala. Ya con los Detectives interpretaron “Y los
Conserjes de Noche”, uno de sus clásicos y prácticamente la única canción de su
debut que rescata para algunos conciertos especiales. Un sonido arrollador para
un tema monumental siempre recibido con muchísimo entusiasmo, tal y como
ocurre con “Pequeño Rock n’ Roll”, en la que Quique se aleja de su guitarra por primera y última vez en toda la noche para interpretarla con más sentimiento si cabe.
El final estaba llegando y las últimas canciones que sonaron
en la Oasis fueron “Dallas-Memphis” y “Vidas Cruzadas” como broche de oro con todo el público coreando al unísono su conocido estribillo. Quique González lo había logrado una vez más. Zaragoza
le quiere y con su público se quedó bailando durante un buen rato mientras abrazaba a su banda y sonaba a todo volumen “Superstition” de Stevie Wonder. Los siete músicos disfrutaban de este fugaz instante apreciando en sus rostros el agradecimiento por estos meses de conciertos
compartidos. El último deseo de Quique esa noche fue que volviéramos a vernos pronto. Ojalá que así sea. Como siempre, allí estaré.
Jarabe de Palo está de celebración con su gira “50 Palos”,
que forma parte de una triada completada con su libro y disco del mismo título.
20 años encima del escenario a la par que el 50 cumpleaños de su protagonista,
Pau Donés. Un artista que, lamentablemente, ha estado más de actualidad en los
últimos meses por su enfermedad que por su música. Pero aquí lo que nos
interesan son sus canciones y los dos conciertos que el pasado fin de semana
ofreció en el Teatro de las Esquinas de Zaragoza con todas las localidades
vendidas.
Hacía bastante tiempo que Jarabe de Palo no se dejaba ver
por estas tierras y en las últimas ocasiones había visitado escenarios más
pequeños como La Casa del Loco. Sorprende que un artista al que se le ha
criticado muchas veces por la simplicidad de sus textos o por su sonido poco
elaborado, ahora sea elogiado por la sencillez profunda de sus letras o por el
acierto en la revisión de algunos de sus clásicos al presentarlos en un nuevo
formato más cercano al intimismo jazzista. Es maravilloso que Pau Donés ponga
el cartel de “no hay entradas” dos noches seguidas en un escenario de nivel en
nuestra ciudad, pero a mí me da que pensar en cuánto hay de morbo o de
oportunismo en esto. Porque yo he seguido de siempre a este músico y he ido
viendo como su público ha ido decreciendo en nuestro país a medida que
aumentaba en otros escenarios como los americanos. Este interés actual no hace
sino sorprenderme, aunque a la vez me alegra que sea reconocido, pues la
carrera de Jarabe de Palo no ha dejado de ser fiel a sus principios (sencillez
en sus textos y una dirección muy clara y desprovista de grandes artificios en
su música). Y si no que se lo pregunten a la gran variedad de artistas que han
colaborado con el músico catalán, que van desde Joaquín Sabina a Carlos Tarque
pasando por Antonio Vega, Ketama o Alejandro Sanz, por citar algunos. Con este
disco su propuesta ha crecido, puede decirse que se ha vestido de largo y ha
madurado, aunque tras 20 años de carrera hablar de “disco maduro” está algo
fuera de lugar, lo sé. Jarabe de Palo nos presenta ahora una revisión de 21
canciones de su carrera, la mayoría de ellas muy celebradas por su público
fiel, junto a una composición nueva, ese “Humo” que se ha vuelto un canto a la
vida.
Pau Donés se presentaba esta vez en Zaragoza con una banda
renovada para ofrecer un concierto más íntimo y alejado del rock. Jordi Vericat
al contrabajo, Jaime de Burgos al piano y Andrea Amador al violonchelo se unían
al protagonista de la noche para desvestir sus canciones y darles un nuevo
enfoque más cercano, por momentos jazzy, un cara a cara con el oyente. Es en
esta distancia corta y desprovista de electricidad cuando sus canciones ganan
enteros y se disfruta más de esa belleza de sus letras tan íntimas a la par que
directas. Ya logró cautivarme al escuchar el disco recién publicado, pero he de
decir que el directo constata que por este camino Pau Donés tiene mucho más que
decir. El concierto repasó los 22 temas de este disco con los mismos arreglos
que aparecen en el mismo: guitarras acústicas, piano, contrabajo, violonchelo, toques
de percusión y en momentos puntuales algunas programaciones. Pero no se salió
del guión, únicamente interpretó los temas de este último disco, que sirven
como recopilación, pero no revisitó ninguna otra canción que pudiera sorprender
a aquellos que ya habíamos escuchado sus “50 Palos”. Claro que, vistas las
filas para comprar su disco y libro después del concierto en el stand de
merchandising, quedaba claro que muchos de los presentes no habían escuchado
antes los arreglos de estas canciones y de esa manera el concierto pudo ganar
enteros, porque estos arreglos son mucho más certeros en su primera escucha,
con ese factor sorpresa, pero si el disco se ha escuchado antes, lo que se
ofrece en el concierto no es ni más ni menos que lo mismo que en CD salvo con un
cambio de orden evidente. A pesar de esto el concierto fue de los mejores que
he visto de Jarabe de Palo en los últimos diez años, exceptuando esos inicios con
más fuerza en su etapa de mayor éxito entre “La Flaca” y “Depende”.
El repertorio del domingo lo abrió “Mucho más, Mucho mejor”
con la única compañía de un ukelele, y poco a poco fueron aumentando las
aportaciones de sus músicos con “Dicen”, “Tiempo” y “Depende”, momento en el
que Pau Donés invitó al público a corear sus canciones, ya que aunque
estuvieran en un teatro, éste era un concierto de Jarabe de Palo y, por
supuesto, estaba más que permitido cantar. “Estamos prohibidos” sonó tal y como
se versiona en el disco, con una programación y teclados con sonido retro e
inmediatamente se pasó a un momento más sentido con “Déjame vivir” y “Mamá”,
donde Pau recordó a su madre, que se fue hace mucho tiempo, pero a la que le
hubiera encantado ver que su hijo hacía algo “serio”: ¡¡un concierto en un
teatro!! También invitó en ese momento al público a vivir la vida sin miedo y a
disfrutar del presente, porque tal y como reza una de sus canciones “el futuro
no existe”. “Bonito” y su grito sin tapujos de “bonita la vida” enlazaba con
uno de los temas más interesantes de la reciente discografía de Jarabe de Palo,
me atrevería a decir que la mejor canción contenida en sus tres últimos
álbumes. Estoy hablando de “Hoy no soy yo”, que con la acústica en primer plano
se convierte en un tema más efectivo si cabe.
Uno de los momentos más esperados del concierto no era la
interpretación de su gran éxito “La Flaca” sino la de su última composición,
esa delicada canción que es “Humo”, el mejor tema que podía ofrecer Pau Donés
en una época tan difícil como la que ha atravesado. Un canto a la vida o más
bien a su amor por la vida, que consiguió emocionar a todos los presentes y yo
diría que también a él mismo. “Yep” nos mostraba en la pantalla de fondo a un
Pau vitalista mientras él mismo imponía el ritmo detrás de las congas. “Qué
bueno, qué bueno” y “Me gusta cómo eres” volvieron a frenar el ritmo para
llevarnos hasta “Agua”, con un público entregado que acogía de la mejor manera
posible las nuevas versiones de sus clásicos. “Completo incompleto” me emocionó
como ninguna otra, ya que la considero su canción más grande, por lo que
incluirla en este disco y en el concierto del domingo no deja de ser algo
especial para mí.
Con el humor que también le caracteriza, Pau nos contó la
historia de fondo de “No te duermas”, así como su primer concierto fuera de
Cataluña, concretamente en Aínsa, lugar al que fueron invitados por dos de sus
seguidores que se encontraban presentes en el teatro y a los que Pau animó a
subir al escenario para fundirse en un abrazo y recibir la ovación del público.
Arrancaba así la recta final del concierto que siguió con “Te miro y tiemblo”,
“El lado oscuro”, “Dos días en la vida” (con recuerdo a Celia Cruz incluido) y,
ahora sí, “La Flaca”, canción en la que la foto de su protagonista presidió el
escenario y con la que los cuatro músicos se despidieron.
Estaba claro que iban a volver y, como dijo el protagonista
de la velada, este gesto de marcharse para los bises no sabe por qué lo hacen,
aunque si lo hace Jagger o Bunbury, “¿cómo no lo voy a hacer yo?”. Los ases que
guardaba en la manga para despedirse definitivamente de los zaragozanos fueron
“Tú me hacías sonreír” y “Grita”, otra canción vitalista, como fue toda la
noche a pesar del tono más íntimo de la interpretación, en la que Pau Donés
subió a cantar entre las gradas del público y pidió para terminar que Zaragoza
se acordase de ellos y no tuvieran que tardar tanto en volver a vernos. Una vez
abandonaron el escenario definitivamente comenzaron a sucederse imágenes de
toda la carrera de Jarabe de Palo en la pantalla del escenario repasando así su
trayectoria completa (y sus cambios de look) para cerrar una noche redonda.
El público interactuó con Jarabe de Palo mucho más que en anteriores
ocasiones e incluso Pau Donés estuvo más locuaz una vez el concierto fue
rodando, haciéndonos partícipes de anécdotas y comentarios mordaces que
animaron la velada. Cuando el concierto terminó eran muy numerosas las personas
que se agolpaban para que Pau les firmara discos y libros, mostrando así el
dulce momento artístico que está atravesando. Espero que esto no sea un simple
espejismo o un aumento del tirón causado por el oportunismo y se reconozca así
una carrera cuando menos coherente y siempre segura en una línea marcada por la
sencillez, el vitalismo y la cercanía con el oyente.
Esta es la crónica del concierto conjunto que Tachenko y León Benavente ofrecieron en el Teatro Principal de Zaragoza a principios de este mes de Mayo y que ha sido publicada recientemente en "El Giradiscos". Un concierto que fue una sorpresa en toda regla por muchos motivos, pero principalmente por constatar a Tachenko como una de las bandas más solidas del pop bien entendido de nuestro país y por el descubrimiento de los imprescindibles León Benavente; verles en directo es una experiencia que nadie puede perderse.
La noche del pasado 4 de mayo el Teatro Principal zaragozano
se encontraba repleto de almas dispuestas a acoger una de las citas más
interesantes que veremos a nivel musical en este escenario en los próximos
meses. El indie y el pop se daban la mano en lo que prometía ser una noche muy
especial. Nuestros queridos Tachenko y su brillante pop refinado se unían a
León Benavente y su rock contundente y provocador. Ambos pueden encasillarse en
el indie patrio, aunque conviene dejar etiquetas a un lado para disfrutar
plenamente de lo que nos ofrecen ambos.
Tachenko pueden considerarse profetas en su tierra. Zaragoza
les quiere y se notó desde que Sebas Puente y Sergio Vinadé pisaron el
escenario de este increíble teatro. El alma de Tachenko venía a presentar sus
“Misterios de la Canción Ligera” y por eso el concierto comenzó con el mismo
aroma que destila el disco, bajo la sencillez acústica y la delicadeza en la
interpretación. Arrancaron con una de sus canciones más queridas que había
pasado mucho tiempo en el olvido hasta que la han recatado para este disco. Me
refiero a “Pulseras”, con la que Sergio Vinadé se metió directamente al público
en el bolsillo. “Mundo Apache” y “Armagedón” mostraban a un Sebas Puente en
segundo plano, que aportaba arreglos de teclado para estas canciones, pero
enseguida le llegó el turno con “Hacia el Huracán” y “Vámonos”. La noche tomaba
forma, aunque sin perder ese ambiente íntimo que desprenden los efectivos temas
de Tachenko llevados al terreno acústico, y así llegaron “Nuestro ganador”, “El
tiempo en los Urales” o “Mordekay” (donde el resto de los Tachenko salieron a
hacer los coros). Las guitarras española y acústicas de 6 y 12 cuerdas se iban
alternando entre los dos músicos y las palabras para presentar las canciones
fluían entre el humor y el gran respeto que tienen a sus canciones. Con
“Nuestra Especialidad” Sergio Vinadé tuvo unas palabras de agradecimiento a ese
gran compositor que es su compañero Sebas Puente y éste le correspondió con una versión
de la fantástica “Lourdes” de El Niño Gusano, donde no pudo contenerse la
emoción del público.
“Amable” daba paso al resto de la banda a mitad del tema,
que permanecerían junto a los dos capitanes de este barco hasta el final. Con
Alfonso Luna, David “Libi” y la nueva incorporación a los teclados de Guillermo
García ofrecieron una segunda parte del concierto donde rugieron las guitarras
eléctricas y convencieron con esas melodías aparentemente fáciles pero cargadas
de detalles. A la frescura de “Mentes maravillosas” le siguió la calma inicial
de “Otras Vidas” para luego virar a ese final abrupto y sin frenos. “La
Resistencia” emocionó como siempre con su interpretación sentida y “Fuego”
volvió a demostrar que es uno de los temas más logrados del anterior trabajo de
la banda “El Comportamiento Privado”. Y es que entre las canciones de este
disco y las de “El Amor y las Mayorías” versó prácticamente todo lo que quedaba
de show con “Suerte y Relámpago”, “Midas”, “Más Madera” y el fin de fiesta con la
fantástica “Escapatoria”, que puso a todo el mundo de pie para despedirles. Al
grupo se le veía emocionado y hasta invitaron a los asistentes a seguir la fiesta
en los míticos locales de la ciudad “Bar Bacharach” y “La Lata de Bombillas”.
También tuvieron palabras para el grupo con el que compartían cartel, donde se
encuentra su anterior compañero Edu Baos, y animaron a todos los presentes a
prestar mucha atención al que ellos mismos calificaron como “uno de los mejores
grupos que hay actualmente en España”, algo que ya sabían muchos de los que los
esperaban con ansia, mientras que otros lamentábamos que Tachenko no pudieran
alargar un poco más su gran noche, aunque con esta escasa hora y media ya
habían demostrado con creces que lo suyo es dominio de las tablas y amor por
las canciones bien hechas, disfrutadas encima y debajo del escenario. Un
auténtico regalo que en el marco incomparable del Teatro Principal se convierte
en un privilegio para propios y extraños.
Mientras cambiaban el escenario el público se agitaba. Se
notaba que muchos estaban esperando a León Benavente y yo, que había oído
maravillas de éstos pero que nunca los había visto en directo ni prestado
demasiada atención a sus singles de éxito, esperaba expectante pero no
demasiado convencido de que fueran a conquistarme. Sin embargo, estaba muy
equivocado. Cuando el telón subió, las luces del escenario comenzaron a
parpadear al ritmo de la base metálica de “Tipo D” y mi percepción cambió por
completo. Abrí bien los ojos para ver ese exceso lumínico y los oídos para
adaptarme a ese derroche de potencia y supe que el concierto no me iba a dejar
indiferente y merecería la pena. En cuanto Abraham Boba recitó las primeras
frases de la canción y se empezó a contonear por las tablas me cautivó. Ya no
pude cerrar la boca de lo absorto que me dejó con su descaro y provocación
intencionada. León Benavevente venían a presentar su último EP “En la Selva” y
efectivamente sonaron de éste “Se mueve” y “Maestros antiguos”, pero el
repertorio se repartió equilibradamente entre sus dos largos y a cada canción
que interpretaban más arriba parecía que estaban.
El público se levantaba de sus butacas mientras Abraham Boba
recorría de un lado al otro el escenario, se tumbaba sobre sus teclados y
adaptaba esa pose al cantar que puede recordar por momentos a Iván Ferreiro en
pleno éxtasis. Pero Abraham suelta toda su rabia hacia fuera, escupe sus
discursos e incluso se permite bajar al patio de butacas y cantar entre la
gente. Su carisma es de otro mundo, un auténtico frontman como pocas veces se
encuentran. Y el resto del grupo le acompaña perfectamente, eso sí, destacando
el papel de Edu Baos, que con su bajo marcado mantiene el pulso de forma
precisa y lleva a la banda a su terreno. Las guitarras de Luis Rodríguez
acompañan a este bajo que es en definitiva quien impone una base firme,
contundente e implacable, y César Verdú a la batería cumple perfectamente con
su parte y combina los sonidos pregrabados de la caja de ritmos con los bombos
de manera precisa. Ni un tema de los que sonaron en su medido y ajustado
concierto sobró. Todos encajaron uno tras otro sin pausa como auténticos zarpazos.
Un concierto que antes de los bises no había llegado ni a una hora de duración,
pero que había dejado extasiados a todos los presentes. Sin duda suenan a grupo
de estadio, convencen con cada nota, consiguen estribillos memorables coreados
al unísono con su público y además pueden presumir de una puesta en escena
dominada por unas luces estroboscópicas que sobrecogen y acompañan a la
perfección la música (aunque desconozco hasta qué punto podrán llevar este
montaje a todas sus presentaciones).
Con este repertorio infalible y conciso en duración es
inevitable que sean muy demandados en los grandes festivales de nuestro país,
pero también es verdad que ahora entiendo los elogios que reciben, pues el
mérito de su efectividad en directo lo tienen ganado con creces. Canciones como
“La Ribera”, “California” o “Estado Provisional” suenan con mucho más cuerpo
que en los discos, tienen otra vida sobre el escenario más impactante, pero sin
perder su esencia en el mensaje lírico, que es algo de lo que también puede
presumir este cuarteto gracias a unas letras agarradas a la realidad cotidiana
y reivindicativas en su discurso. Sirvan como ejemplo otras que también sonaron
en el Principal como “Gloria”, “Revolución” o “Ánimo, Valiente”, que pueden
entroncar estrechamente con la realidad de muchos de sus seguidores. Algunas
canciones como “Habitación 615” se convierten casi en un monólogo que aviva la
atención del oyente mientras te deslizas en sus sonidos incisivos que no te
permiten bajar la guardia. Otras como “Aún no ha salido el sol” casi podrían
haberse firmado por un grupo techno pop de los ochenta y con temas como “Celebración”
comandan el perfecto ejemplo de punk contemporáneo.
Uno de los momentos con más magia de la noche fue la
interpretación junto a las voces de Tachenko de la versión de “Suzanne” de
Leonard Cohen que el propio Sebas Puente se encargó de adaptar. Una canción que
no casaba con el resto del repertorio de León Benavente, pero que dio un
respiro a su incombustible show y además permitió que estas dos bandas se
unieran por un instante mostrando así su respeto mutuo y su buen hacer. Al fin
y al cabo este concierto era una celebración y detalles como éste permiten que
se haga realidad una sincera camaradería entre estos grupos que compartían algo
más que el cartel de esta noche. Cierto es que a la versión le faltó algo de
fuerza y que no se pudo apreciar bien la adaptación al castellano de este
clásico del canadiense, pero igualmente mereció la pena. Y tras setenta y cinco
minutos escasos pero contundentes llegó el cierre del concierto con “Ser Brigada”, que se
convierte por derecho propio en un canto generacional para el momento presente
a la vez que funciona como insignia de un grupo que todavía dará mucho que
hablar.
De esta manera terminó una velada que esperaba con muchas
ganas por ver a mis paisanos de Tachenko a los que cada día admiro más,
permitiéndome constatar el buen hacer de estos músicos. Pero a la vez me regaló
una sorpresa única, el descubrimiento de una banda que no esperaba que consiguiera
atraparme como lo hizo, aunque sinceramente ¿quién puede quedar indiferente
ante el descaro provocador de León Benavente?
El pasado 19 de abril mantuve una charla amena y distendida con Sergio Vinadé y Sebas Puente con motivo de la publicación de su último disco "Misterios de la canción ligera". Posteriormente "El Giradiscos" publicó esta entrevista que quiero compartir también desde aquí para que podáis disfrutarla.
Poco antes de comenzar un ensayo para su gira charlamos
tranquilamente con Sergio Vinadé y Sebas Puente, cantantes y compositores de
Tachenko y autores de este fantástico disco que presentan ahora y que lleva por
título “Misterios de la canción ligera”, una revisión en clave acústica de
algunos de sus temas emblemáticos y de otros que estaban más olvidados. Además
el disco incluye dos temas nuevos, “Armagedón” y “Nuestra Especialidad”, que
vuelven a demostrar la enorme capacidad compositiva de esta pareja que sabe
manejar a la perfección el lenguaje del pop, pero con los pies bien asentados
en la tierra. Con ellos hablamos no sólo de este disco sino de la situación de
la música en nuestro país y de las innecesarias etiquetas con las que se empeñan
en encasillar a los artistas.
Comenzaré haciendo referencia al nombre de vuestro disco
“Misterios de la canción ligera”. Ya sé
que os lo pregunta todo el mundo, pero ¿es este de nuevo un intento más de
dejar clara vuestra búsqueda de la “perfecta canción pop”? ¿No estáis algo
cansados de esta etiqueta?
Sergio Vinadé:Qué va, qué va, para nada. No se puede cansar uno de eso.
Sebas Puente:Nos
sirve para describir lo que hacemos, que es más que nada la búsqueda de esa
canción porque evidentemente no la vamos a conseguir, pero esa búsqueda es
interesante para definir más o menos lo que queremos hacer.
¿“Misterios de la canción ligera” serían entonces las
claves para buscar esa canción perfecta?
Sebas Puente:Es
una forma de verlo, sí. Es mostrar el tipo de canción que nos gusta.
Firmáis el disco como Tachenko pero esta vez estáis
únicamente los dos embarcados en esta historia. ¿Por qué prescindís del formato
banda?
Sergio Vinadé:Porque el formato acústico que íbamos a desarrollar no requería de nadie más.
Era un poco mostrar lo que hacíamos Sebas y yo cuando íbamos a tocar los dos
solos. Grabarlo y ahondar en ese formato y que además nos permitiera seguir
girando así, que también nos gusta mucho.
Entiendo este disco como una deconstrucción de Tachenko,
quedando fuera Alfonso Luna y David “Libi”, pero ¿recuperáis a la banda de
siempre en algunos conciertos?
Sebas Puente:Sí,
están Alfonso y “Libi” y ha entrado Guillermo García.
¿No queda abierta la formación de Tachenko para el futuro?
Sergio Vinadé:Tachenko sigue siendo igual. Esto es algo puntual y en algunos conciertos se
unirán a nosotros. Sebas y yo somos un poco el “alma” del grupo. Alfonso
también porque lleva muchos años con nosotros, pero los que hacemos las
canciones somos Sebas y yo y los demás son parte de Tachenko igual, pero tienen
otro perfil, que no es el mismo que el nuestro, que somos el núcleo del grupo,
por decirlo de alguna manera.
En la mayoría de las canciones del disco recurrís a una
instrumentación justa: guitarras acústicas, algún detalle de eléctrica (por
ejemplo en la nueva “Nuestra Especialidad”) y mucha presencia de piano. ¿Es
esta una manera de acercaros a la raíz de la canción de una forma más
consciente o simplemente os sale como algo natural?
Sebas Puente:Las
canciones en casa las hacemos los dos con una guitarra acústica o española, lo
que quiere decir que este sonido no es ajeno para nosotros. Lo que sí que hemos
intentado es buscar arreglos nuevos, más trabajados, tanto para el disco como
para llevar las canciones al directo. Pero no nos resulta muy raro porque las
canciones, en realidad, las hacemos así. Después con el grupo cambian mucho,
por eso decimos que tanto Alfonso como “Libi” o Guillermo son tan Tachenko como
nosotros, pero las canciones surgen en casa, Sergio con su guitarra y yo con la
mía.
A mí particularmente me ha gustado mucho el arreglo de
piano de “El Rey del Balón” porque es sencillo pero a la vez “toca” adentro,
¿verdad?
Sergio Vinadé:Como nosotros (risas).
Sebas Puente:Ese
es un arreglo que hizo Sergio y que nos define muy bien. Es una cosa sencilla,
pero es que en la sencillez a veces está el gusto.
También me encantan las guitarras de “Mundo Apache”. Ésta
y la anterior me gustan, además de otras del disco, porque vuestras voces se
escuchan mejor, son más cristalinas que en las producciones originales de esos
temas.
Sergio Vinadé:Es
que al desnudarse todo más, lo poco que hay es más importante. Cuando tienes
pocas cosas tienen que estar muy bien.
Sebas Puente:Y
cuando no estás seguro, en producciones más llenas, te puedes esconder, pero
aquí se nota que estamos más seguros a la hora de cantar y de tocar y te puedes
permitir cosas que antes a lo mejor no te atrevías.
De hecho algunas canciones de vuestros primeros discos
quedaban más tapadas por la producción, no tan limpias, con la instrumentación
muy por delante de las voces ¿no?
Sergio Vinadé:Eso es.
Podría decirse que este disco es un recopilatorio con dos
canciones nuevas, pero no es una
recopilación al uso porque son todo nuevas grabaciones y porque tampoco os
centráis en vuestros mayores éxitos. ¿Por qué habéis elegido estas canciones?
¿No os gustaba el resultado de éstas en los discos originales o tal vez
pensabais que había que rescatarlas porque habían quedado en el olvido?
Sergio Vinadé:Era
una forma de reivindicar unas canciones que nos gustaban y que no eran las que
tocábamos habitualmente, pero sobretodo teníamos la idea de hacer un disco en
acústico. Primero surgió la idea y después nos planteamos qué haríamos. Sí que
teníamos claro que no queríamos que fuera un “Greatest Hits” tocado en acústico
sino que queríamos ver qué canciones podían tener un crecimiento con esa
revisión. Qué canciones podemos tocar de esta manera, que nos guste reivindicar
y que además crezcan con la interpretación nueva. Probamos muchas canciones y
las que nos parecieron que ganaban más o que podían aportar algo nuevo fueron
éstas que están en el disco, las más adecuadas para el proyecto.
Algunas de estas canciones suenan casi en una línea de canción
de autor. ¿Qué hay de pretensión de ese estilo en estos temas?
Sebas Puente:No
lo habíamos pensado, pero hace poco también nos lo dijeron. No era nuestra
intención, pero a mí tampoco me molesta. Con tan pocos elementos es normal que
suene así y nos comparen con eso. La canción de autor bien entendida se
definiría como un autor apoyado por la guitarra y letras que estén bien
construidas, que no sean las letras mal entendidas como “letras del pop”. Digo
mal entendidas porque nosotros siempre hemos sido defensores del pop. Si por
cantautor se entiende a Serrat, por ejemplo, nosotros tenemos hasta una versión
de “Mediterráneo”, por lo que no nos molesta para nada.
Sergio Vinadé:Si
consideramos a Leonard Cohen como cantautor esa comparación serían palabras
mayores… Esto es lo mismo que denostar el término pop. Ocurre parecido con el
término cantautor. Parece que sea el típico tío “coñazo” con la guitarra y ¡¡no!!
Hay grandes compositores de canciones que han hecho su carrera en solitario y
que han sido definidos como cantautores y son pilares fundamentales en la
historia de la música.
Con vuestros discos ocurre una cosa curiosa, y es que
cuando los escuchas un par de veces parece que siempre hayan estado ahí, pero
con éste es diferente, porque las canciones ya las conocíamos, salvo las
tremendas “Armagedón” y “Nuestra Especialidad” que son nuevas, pero desde el primer momento podemos corear
las canciones de forma natural. ¿Qué es lo hace más atractiva esta colección de
canciones para alguien que os conoce bien? ¿Qué hay en “Misterios de la canción
ligera” que no encontramos en otros álbumes de Tachenko?
Sebas Puente:No
sé qué decir, pero parece que está teniendo bastante aceptación entre la gente.
Yo creo que la gente disfruta más escuchando algunas canciones ahora que cuando
las publicamos porque tocamos mejor y se nota bastante.
Sergio Vinadé:Hay una cosa que sucede cuando llevas las canciones a lo mínimo y es que
necesitan más atención. Cuando escuchas a un grupo al completo, puedes perderte
con el ritmo y la melodía principal, pero cuando tienes que escuchar una
guitarra y los detalles justos necesitas poner toda tu atención y creo que en
esa distancia corta ganamos. Muchas veces, lo que creo que nos pasa a Tachenko
con el gran público principalmente, no con aquellos a los que les gustamos de
verdad, es que se quedan en la superficie, simplemente en encasillarnos como un
grupo pop con buenas melodías y ya está, y no le prestan atención a las
canciones, que tienen muchos más detalles de los que aparentan. Yo creo que ese
acercamiento nos hace crecer y ahí es donde ganamos. Esa distancia corta es lo
que encontramos aquí que no está en otros discos de Tachenko.
"Cuando llevas
las canciones a lo mínimo necesitan más atención"
¿Cuál ha sido el criterio a la hora de elegir los temas
que aparecen en el disco? Porque la mayoría de las versiones que ofrecéis a dúo
son de vuestros primeros discos, los que publicasteis con el sello Grabaciones
en el Mar ¿Fue algo casual?
Sebas Puente:Repasamos muchas canciones antes de montar el repertorio y claro, al quedar más
lejanas, algunas no las tocábamos por diversas circunstancias y nos apeteció
acercarnos de nuevo a ellas. No fue premeditado, pero por poner un ejemplo,
“Pulseras”, que era una canción que nos encantaba desde el principio, ya no la
tocábamos porque se fue quedando atrás obligatoriamente al ir sacando discos y
ésta era la oportunidad perfecta para rescatar ésta y muchas otras que aparecen
en el disco. Hay una proporción que puede apreciarse y es que hemos rescatado
más canciones para este álbum cuanto más viejos son los discos en las que aparecían.
De “El Comportamiento Privado” no hay ningún tema en éste
álbum. Se llegó a decir que con ese disco habíais conseguido encontrar la
perfección en la canción pop, que habíais acertado de pleno, y sin embargo
prescindís de él en esta selección ¿Por qué?
Sebas Puente:Bueno, eso lo dicen en todos (risas). Pero es que “El Comportamiento Privado”
estaba muy reciente y como hemos hecho muchos conciertos también en acústico
con ese disco teníamos que tomar un poco de distancia. Pero dentro de diez
años, cuando hagamos otro volumen de “Misterios de la canción ligera”
rescataremos alguna.
¿Cómo planteáis la gira de presentación de este disco? ¿Quién
os va a acompañar en formato banda?
Sergio Vinadé:Alfonso Luna a la batería y David “Libi” al bajo, más la nueva incorporación de
Guillermo García, que sustituye a Rafa Domínguez.
Sebas Puente:En
la mayoría de los conciertos vamos en dúo, salvo Madrid, Barcelona, Valencia y
Zaragoza, en los que haremos mitad del concierto en dúo y la otra mitad con
toda la banda. Estos cuatro conciertos queremos compartirlos con ellos.
Queremos que estén con nosotros en esas citas importantes.
Y además ya casi quince años juntos, ¿no?
Sergio Vinadé:Sí, el año que viene hará quince años que empezamos.
Sebas Puente:En
2004 salió “Nieves y Rescates”, pero esto no ha hecho más que empezar.
La grabación de estas doce canciones se realizó
únicamente en tres días de agosto de 2016. ¿Nos podríais explicar como fue este
proceso de grabación y con quién contasteis para el mismo?
Sergio Vinadé: Estuvimos
nosotros dos en el Espacio Cultural Las Armas de Zaragoza con Joaquín Pizarro,
que es el productor. Montó su “chiringuito” con sus aparatos y ¡a grabar! Habíamos
estado mucho tiempo grabando maquetas, sabiendo por donde tenía que ir y en
tres días de finales de agosto del pasado verano lo dejamos todo grabado.
Sebas Puente:Fue
todo muy sencillo. Después fuimos a casa de Joaquín Pizarro, al “Klein Music
Lab”, su laboratorio, y ahí hicimos las mezclas y lo masterizó él también. La
grabación fue rápida, pero el proceso de mezcla costó un poco más.
Parece que siempre se os ha etiquetado en el “indie” y
pueda verse como negativa la pura canción pop, como comentábamos antes, pero en
vuestra música vais más con intención de sonar en la radio, no solo en los
festivales, música para el día a día ¿Cuánto hay de “mainstream” en vuestra
propuesta?
Sergio Vinadé:Vamos a lo de siempre. La etiqueta es lo de menos, nosotros hacemos canciones y
ya está. Por eso depende cómo interpretas esas canciones. Si lo haces sólo con
una guitarra te mueves en una línea más de cantautor y si las interpretas con
toda la banda eres un grupo de pop. No hay más. No somos un grupo generacional
que haga música “indie” para un determinado segmento de la población que le
gustan determinadas cosas en un festival como botar y cantar unos himnos.
Sebas Puente:Tendría más sentido hablar de sonar en la radio cuando en ésta salía La Granja,
091, Gabinete Caligari… ¡Así nos va! Eso ya no existe, pero sería muy “chulo”.
Pero es que ahora no hay plataforma como tal en la radio
de siempre para eso…
Sergio Vinadé:Ha
cambiado todo mucho y me parece muy bien cómo ha cambiado. No es una crítica,
ni mucho menos. Cada uno tenemos el lugar que nos merecemos. Te etiquetan y te meten
aquí o allá, pero nuestro sitio simplemente es el de tener un grupo que hace
canciones y punto.
Por lo tanto, ¿hablar de estas etiquetas de “mainstream”
o “indie” es más una pose?
Sebas Puente:A
nosotros nos da igual. Si nos tienen que llamar “indies” y nos llevan a veinte
festivales será perfecto. ¿Una pose? Nuestra, desde luego, no.
Sergio Vinadé:En
nuestra cultura todo es clasificable. Eres de izquierdas o de derechas, votas
al PSOE o al PP. Perteneces a alguien. Tienen que meterte en algún sitio.
Sebas Puente: Yo
entiendo que hay que explicarlo, pero a veces el poco tiempo que tienes en los
medios para explicar algo hace que se tire de la etiqueta fácil, que es normal,
porque no te puedes parar a analizar todos los grupos que hay. Sencillamente
las etiquetas existen y es algo que no podemos evitar, aunque nosotros siempre
hemos ido a lo nuestro porque además no nos queda otra.
Sergio Vinadé:Esto es muy sencillo. “Indies” son Arizona Baby y Dorian. ¡Qué me explique alguien qué tienen que ver los unos con los otros! El “indie” lo que hace es
facilitar a la prensa y al público una clasificación que no es capaz o no sabe
hacer. Porque son muy diferentes unos grupos de otros. Analizas lo que
tienen que ver Love of Lesbian con grupos nuevos como Papaya y ves que están
metidos en el mismo saco, pero no son lo mismo. Son totalmente distintos musicalmente, pero son “indies” porque es más fácil decir esto que intentar
hacer una crítica objetiva sobre lo que musicalmente significan.
"En el panorama
nacional hay algo de crisis de canciones y de éxito del postureo"
¿Os gustaría que hubiera un mayor reconocimiento a una
carrera tan coherente como la vuestra por el público en general?
Sebas Puente:A mí me gustaría llenar el Estadio de la Romareda
(risas). Es que la repercusión no está en nuestras manos. Eso se nos escapa.
Nosotros hacemos los discos y las giras y a partir de ahí ya no es cosa
nuestra.
¿Falta el factor suerte?
Sebas Puente:Hay
muchos grupos que lo han buscado y lo han conseguido y otros que han contado
con un factor suerte importante.
Sergio Vinadé: Sí
que hay un camino y un trabajo que hacer que te facilita ese éxito, pero no es
seguro que si lo sigues lo consigas. Es como decir que si haces una serie de
cosas es más fácil conseguir ese éxito, pero nosotros nunca hemos estado
dispuestos a hacer nada que nos condicionara por y para el éxito, pero hay
quien lo hace y además lo hace bien. Esto no lo digo despectivamente, sino con
todo el respeto del mundo.
Sebas Puente:Lo
patético es si sigues una vía para lograr ese éxito realizando algo que te
condicione y que ese éxito no llegue. Entonces puedes crear auténticos
monstruos (risas).
Ayer mismo se entregaron los XVIII Premios de la música
aragonesa con el éxito arrollador de Kase O. con cinco premios, máximo
representante de la escena aragonesa actual, o con Santiago Auserón, al que le
dieron el Premio Especial a toda su Trayectoria. Aparte de estos premios, ¿cómo
veis la escena musical aquí en Aragón?
Sergio Vinadé:Yo
creo que en la vida ha estado mejor. Lo de Kase O. me parece fantástico. Y hay
otros muchos grupos muy interesantes como My Expansive Awareness, Los Bengala,
Calavera, Bigott… Además de Amaral y Bunbury, me parece que la escena musical
de nuestra tierra es diversa, variada, muy rica y goza de un gran talento.
Y en el conjunto español, ¿cómo veis el panorama musical?
¿Qué es lo que más os atrae?
Sergio Vinadé: Salen
grupos interesantes, pero yo echo en falta grupos con canciones. Me parece que
la gente que más talento tiene ya no está tan presente. Por ejemplo, Fernando
Alfaro está haciendo ahora sus mejores discos, pero tiene menos repercusión que
nunca. Veo algo de crisis de canciones y de éxito del postureo, pero es algo
que va con los tiempos, es algo normal. Aunque por supuesto también hay grupos
nuevos, he mencionado antes a Papaya por ejemplo, que me gusta mucho lo que hacen.
Sebas Puente:Grupos siempre hay, pero analizarlo a nivel de escena es complicado. Yo nunca
he tenido esa visión periférica. Siempre hay grupos interesantes, Novedades
Carminha por ejemplo, por decir uno que me salta ahora mismo a la mente. Pero
siempre que me preguntan esto pienso que la escena en sí no la sabría analizar,
ni ahora ni hace diez años. Siempre ha habido grupos que me han gustado, pero
yo creo que en el fondo todo el mundo va a su aire en esto, que no es una
escena como tal y que está bien que así sea.
Muchas gracias por concedernos este tiempo. Desearos lo
mejor para esta gira en la que estáis inmersos y enhorabuena por este disco que
nos encanta. Detalles como haber rescatado esa pequeña joya que es “Sonrisa” hacen
especiales estos discos. Tal vez se echa de menos alguna canción más de vuestro
álbum “Os reís porque sois jóvenes”, como “La Resistencia”, que también es
fantástica, pero definitivamente estos “Misterios de la canción Ligera” se
disfrutan de principio a fin. Habéis dado con un disco tremendo. Un fantástico
regalo para todos vuestros fieles.
Sebas Puente: Después
de seis discos inevitablemente se quedan muchas fuera.
Sergio Vinadé:Pero esa puede estar bien para el Volumen II.