viernes, 15 de enero de 2016

Dakar descafeinado

Otro año más y otro Dakar americano, aunque este año la emoción se ha perdido en parte por la falta de etapas puramente dakarianas entre el polvo y las dunas. La noticia de saber que era Marc Coma director de carrera me ilusionó enormemente, pero el resultado de la prueba en cuanto a etapas de resistencia y navegación ha dejado bastante que desear. Cierto es que al desaparecer Chile del recorrido se veían mermados los grandes escenarios del desierto de Atacama y finalmente Argentina nos ha dejado un espectáculo mucho más monótono centrado en las pistas y en la escasa navegación. Y claro, cuando han llegado las etapas más aventureras las hemos gozado, pero saben a poco. Otro factor a tener en cuenta en la pérdida de interés de este año es la escasez de opciones de los españoles en la especialidad de motos. Sin Marc Coma en la ecuación quedaba la esperanza de Joan Barreda, que se desvaneció rápidamente por problemas técnicos con su Honda. El resto de pilotos españoles a las dos ruedas no han dado mucho juego más allá de la constancia de Gerard Farrés o la persistencia de Laia Sanz, a pesar de no haber llegado a mejorar su actuación de la edición anterior.


Sin duda, lo mejor de este año ha sido el resurgir de otra marca en coches que ha hecho sombra (más bien los ha sepultado) a los Mini. Me refiero a Peugeot. Un equipo que va a dar mucho que hablar en futuras ediciones. Sebastian Loeb brilló en su debut hasta la llegada de las dunas y Peterhansel ha vuelto a demostrar que es el amo y señor de la prueba por su constancia y control. Pero podría haber sido mucho mejor si Carlos Sáinz no hubiese caído justo al día siguiente de ponerse líder de la carrera. Una lástima, ya que el consagrado piloto estaba haciendo un Dakar excelente y por esta vez el coche le acompañaba, hasta que dijo basta. Solo espero que el año que viene sea definitivamente su año y que a su excelente conducción y maestría le acompañe la mecánica hasta la última etapa y podamos verle convertido de nuevo en campeón del Dakar.


Y de los camiones qué decir. Pues lamentablemente apenas hemos visto imágenes de esas que te dejan con la boca abierta por la falta de dunas, pero seguramente podremos ver el triunfo del español Torrallardona copilotando el Iveco de De Rooy, por lo que tenemos motivo para la celebración, aunque el triunfo de las actuaciones de Llovera o Vila en esta categoría ya son un honor.


Ahora solo queda despejar la duda de si el Dakar del año que viene volverá a África (pero en el Sur) o seguirá en América, aunque espero que la elección de las etapas nos ofrezca un espíritu más aventurero que el de este año porque el Dakar es la prueba más dura del mundo y esa tiene que ser siempre su punta de lanza.


lunes, 11 de enero de 2016

Inesperado adiós

Hoy quería escribir para desearos (aunque un poco tarde) un feliz año 2016 cargado de buena música, pero amanezco con la sombra de la muerte de uno de los grandes. Si hace dos años Bowie merecía un puesto destacado en este blog por su reaparición y ahora estaba esperando impaciente que su nuevo disco “Blackstar” llegara a mis manos, hoy tengo que lamentar su triste desaparición.



Bowie siempre será un artista irremplazable, y aunque algunos no nos hayamos acercado lo suficiente a su obra, ésta merece un lugar muy destacado por los muchos momentos únicos que nos ha prestado. Recuerdo cuando en el instituto escuché por primera vez de forma consciente a David Bowie. Desde “Heroes” a “Space Oddity” pasando por su incursión en la electrónica de los ’90 e incluso por aquella versión que nos atrevimos a hacer entre un grupo de amigos de su “Ziggy Stardust”. Había algo en Bowie que llamaba enormemente la atención y que le hacía un artista único (no diremos aquello de camaleónico), emocionante, inquietante, arriesgado, incomprendido a veces y, ante todo, auténtico (por algo la canción que siempre me ha llamado más la atención de Queen es “Under Pressure”).

Hoy habrá más fans que nunca de Bowie y asistiremos a su mitificación, pero esta vez es más que merecida su mención y realmente doloroso su adiós. La música se despide de otro de sus pilares. Esperemos que los cimientos soporten su vacío.