lunes, 9 de noviembre de 2015

Escuchar y escuchar

Sigo extasiado ante la cantidad de novedades que están pasando frente a mí este otoño y que me están dejando sin aliento. Hacía tiempo que no podía juntar tantos discos de calidad en tan poco tiempo. Y claro, así estoy, que apenas me queda tiempo para escribir en referencia a estos discos, ya que cada momento de que dispongo con algo de tranquilidad lo dedico a escuchar, escuchar y escuchar.

Hasta la llegada del otoño eran pocos los lanzamientos que podía señalar como verdaderamente destacables de este año salvo el cóctel de sonidos de "Paramales" de Xoel López o la genialidad en directo del rock bastardo de "Hijos del Pueblo" de Bunbury y Calamaro. También podía sorprender la potente y descarada aventura pseudo-operística de "Drones", firmada por unos Muse más cercanos a sus primeros discos, o la llegada de las guitarras eléctricas al sonido de Mumford & Sons representada en "Wilder Mind". Por supuesto que los cuatro discos citados eran reseñables, pero nada comparado a la tormenta musical desatada desde la publicación de "Crosseyed Heart" de Keith Richards el pasado septiembre: un nuevo clásico del rock en toda regla al que no se le puede poner ninguna pega y que nos ofrece al mejor Richards, más inspirado que con los últimos Stones y mucho más arriesgado que con sus compañeros de siempre, aunque sonando igualmente clásico a la vez que rudo y con miles de recovecos a los que sacar jugo. 


A partir de ahí el listón no ha bajado un ápice y he podido rendirme ante la delicadeza de "Didn't He Ramble" de Glen Hansard, que nos muestra al irlandés con uno de los registros vocales más emocionantes que hayamos podido encontrar y del que también hemos podido escuchar este año la imprescindible recopilación con temas regrabados de su grupo The Frames titulada "Longitude". Junto con Hansard, hay que hacer mención por su capacidad de emocionar gracias a una voz única, al pop elegante de "Cast in Steel", que nos deja a unos A-HA en estado de gracia tras su falsa despedida en 2010 y su posterior parón. 


Si queremos un disco que nos invite a sucesivas escuchas, asegurándonos que en todas ellas descubriremos algo nuevo, ese es el firmado a cuatro manos por Fito Páez y Paulinho Moska "Locura Total", donde más que nunca el rock argentino y la bossa brasileña se dan la mano y casan a la perfección (no esperaba menos del hiperactivo Páez). ¿Y qué decir de la contundencia y oscuridad hecha distorsión de "Nocturnal" de Amaral o la exquisitez y elegancia del mejor pop de autor del leonés Fabián recogidos en "La Fe Remota"? 



Como se puede ver hay para todos los gustos, pero es que no hay nada que sobre en esta selección, os lo aseguro. Además ésto no queda ahí porque podemos seguir rematando lo que queda de año con el pop clásico perfectamente ejecutado de unos Tachenko cada vez más seguros de sí mismos en "El Comportamiento Privado" o el regalo en forma de directo único y vital como es el "15151" de Vetusta Morla. Y todavía quedan cosas por llegar, aunque a partir de ahora le toca el turno a las recopilaciones y reediciones navideñas y llegados a este punto se puede asegurar que con lo que hemos disfrutado hasta ahora podríamos darnos por satisfechos.

Termino como he empezado, con el sonido de uno de estos discos resonando en mi cabeza y considerándome afortunado por ser capaz de sentir con intensidad cada uno de los momentos de paz, euforia, emoción, o energía que me ofrece esta música. Escucho una vez más y me siento un privilegiado porque esta música ahora es también mía, me pertenece. Y soy feliz.