martes, 14 de mayo de 2013

El cine que abre puertas...

En estos últimos días he tenido el placer de dejarme acariciar por tres intensas y conmovedoras películas. Me gusta disfrutar del buen cine en todos sus estilos, pero sobretodo valoro el cine que nos ofrece grandes historias, cargadas de emotividad y “saber hacer”.

Ya he comentado en alguna ocasión que no me considero para nada un experto en cine, pero sé cuáles son las películas que me gusta ver, y en la última semana he podido emocionarme con “Take Shelter”, sentirme mucho más enérgico y vital gracias a “Mi nombre es Harvey Milk” o disfrutar del compromiso por la verdad y la historia con “El Desafío: Frost/Nixon”. Estas tres películas son muy diferentes entre sí, pero todas altamente recomendables desde mi punto de vista.

Con “Take Shelter” he podido acercarme a la incertidumbre y el desasosiego que provoca la esquizofrenia y con ello he experimentado como los miedos que se esconden en nuestro interior son nuestra más terrible pesadilla. Es increíble la interpretación de Michael Shannon y mágica la relación que establece con su pareja durante todo el desarrollo del metraje, mostrando esa cercanía, ese respeto y ese acompañamiento incuestionable en los momentos más difíciles.



Sean Penn me atrapó en “Mi nombre es Harvey Milk”. Cierto es que es un genio de la interpretación y, como no, consiguió hacerme creer esa historia tan vital y tan humana, que defiende esa lucha que todo ser humano debe vivir y que nos incita a movernos y amar por encima de todo nuestra vida y nuestros derechos. Un lujazo poder vivir un momento de la historia tan importante como fue la lucha activa de este político homosexual norteamericano.



Y qué decir de “El Desafío: Frost/Nixon”. Un intenso thriller político que nos cuenta el proceso de preparación y desarrollo de la entrevista que el periodista David Frost realizó a Richard Nixon en 1977, tres años después de su dimisión, que le llevó al definitivo descrédito y al reconocimiento de sus graves errores en relación a la corrupción de su gobierno como presidente de los EE.UU. y al famoso escándalo del “Watergate”. Primeros planos llenos de expresión y un ritmo trepidante para una película con tintes de falso documental que te deja con ganas de saber mucho más y de sumergirte en esos episodios tan oscuros de la reciente historia norteamericana.



Tres películas, tres historias muy diferentes llenas de pasión y de ese agradable gusto que deja un cine con carácter, del que te abre la puerta a mucho más…

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