Después de varios meses escuchando interesantes críticas de
“Relatos Salvajes”, la semana pasada me rendí a esta colección de grandes
historias, no por su metraje, sino por su contenido. Y digo grandes porque me
parecen totalmente cercanas. ¿Quién no se ha sentido identificado con alguna de estas historias en primera persona? Creo que la magia de estos seis relatos es
que pueden sernos comunes en un sentido directamente proporcional a su dureza. Y
sí, me han cautivado todas ellas, incluso aquellas que nos resultan tristemente
familiares (escalofriante ver la primera escena tras el accidente de
Germanwings en los Alpes). “Relatos Salvajes” es tremendamente cautivadora y
nos arrastra hasta lo más profundo de nuestro yo animal (un detalle que se hace palpable en los muy
acertados títulos iniciales).
Hablando de familiaridad y de sentirse identificado con una
sensación o una historia, me ha pasado algo muy parecido con el nuevo disco de
Xoel López, “Paramales”. Desde que lo he escuchado no me lo quito de la cabeza
y apenas he dejado momentos para otras reproducciones en mi iPOD. “Paramales”
es un disco nuevo, pero a la vez resulta muy familiar, parece que haya crecido
con nosotros y que Xoel López lo haya confeccionado conjugando su ritmo vital
con el nuestro. Como bien ha expresado su autor, “Paramales” funciona como
disco “antídoto”, al que poder recurrir una y otra vez en busca de cura. Es
sanador por lo acertado de su propuesta y la variedad de elementos que en él se
entrecruzan, ejerciendo así de esa cura precisa en cada momento que necesitemos,
por diferente que sea su naturaleza. Como ocurre con cada una de sus canciones:
unas beben de los ritmos de América Latina, otras del pop anglosajón, otras de
la tradición gallega… convirtiéndose en una perfecta simbiosis entre el Deluxe de
su última etapa en castellano y el primer disco publicado como Xoel López,
“Atlántico”. La grandeza de “Paramales” es que pasa de ser un experimento que
aglutina una combinación de canciones de muy diversa índole a ser un compañero
de viaje, en el que encontrar muchos momentos para refugiarse. Y ahí destacan
“Yo sólo quería que me llevaras a bailar”, “Almas del Norte” o “Todo lo que
merezcas”, una canción a la que todos podemos poner una dedicatoria propia para
hacerla nuestra. Porque “Paramales” es también un poco nuestro, un disco para
degustar con calma, que atrapa, que tiene el don de llamar tu atención como un
imán, aunque no sepas encontrar una explicación.
La vida está llena de esos momentos en los que nos sentimos
protagonistas de las historias que pasan a nuestro alrededor. Historias de las
que no puedes, ni quieres escapar. Historias como las que aparecen en estos
“Relatos Salvajes” o en cada una de las canciones de “Paramales”.
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