viernes, 22 de mayo de 2015

What a lovely day!

Todo el mundo habla de “Mad Max: Fury Road” y yo no quisiera repetirme, pero es que es inevitable hacer referencia a esta nueva obra maestra del cine de acción: Bienvenidos al siglo XXI.

George Miller, director de la trilogía original de Mad Max y también de esta renovada entrega, hará historia con esta película porque ha conseguido que “Mad Max” vaya más allá del género de acción. Es un torbellino imparable de escenas de caos y destrucción orquestadas con una precisión milimétrica y casi perfecta. Es totalmente cierto que la cinta no deja descanso y se te pega a la piel. Eso sí, tienes que tener ganas de lanzarte al vacío y perder la cabeza, porque tu mente se pierde en este conglomerado de fuego, sangre, gasolina y velocidad.


Y lo mejor es que la película es de una belleza visual inconmensurable. Se respira el sudor, la arena y la sangre en cada plano y te aplasta contra la butaca para dejarte totalmente K.O. Ya sé que todo esto se ha dicho en las miles de críticas acumuladas que lleva la cinta tras una semana desde su estreno, pero será definitorio eso de que por esta vez todo el mundo esté de acuerdo. No es ninguna broma, “Mad Max: Fury Road” es un espectáculo de principio a fin.


Su metraje pasa volando (como sus vehículos protagonistas), no deja ni un segundo para el aburrimiento (aunque sí para la reflexión y la moralina en algunas escenas) y consigue que la acción adrenalítica se convierta en tu carburante, notándolo correr por tus venas para nunca soltarte. Esto no es palabrería, es la sensación real que se queda en tu cuerpo tras el visionado de este clásico instantáneo de un nuevo género naciente: el género “Mad Max”. Muchos querrán imitarla, pero estoy convencido de que no lo conseguirán. La criatura de George Miller es única y no tiene “peros”. No se le puede reprochar nada: ni la interpretación sobria de sus protagonistas Tom Hardy y Charlize Theron, ni su diseño de producción excesivo, ni su banda sonora tensa, ni su historia centrada en esa persecución continua. “Mad Max: Fury Road” es de otro planeta y ha llegado para atraparnos y redefinir nuestra forma de disfrutar del cine. Una auténtica gozada de principio a fin. Hipnótica, apabullante, frenética, sucia, desgarrada, penetrante… “Mad Max: Fury Road” es absolutamente magistral.

What a lovely day!




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