martes, 28 de abril de 2015

Entre Nasville, Rubén Pozo y otras sorpresas que nos dejó abril

Este mes de abril tan primaveral se me ha pasado en un suspiro, pero por supuesto nos ha dejado momentos intensos y de gran disfrute para los sentidos. 

Uno de esos momentos verdaderamente placenteros fue el concierto del pasado 17 de abril al que pude asistir en la Casa del Loco. Todos los presentes vivimos una intensa noche de rock a cargo del siempre interesante Rubén Pozo y de Nasville, una banda zaragozana que no conocía, pero con la que disfruté de su sonido contundente y con aroma a clásico como se deja ver en la desgarrada interpretación de su vocalista, la intensidad de su sección de vientos y la sensación épica de algunos de sus estribillos (destacar unos temas más que inspirados como “Quiero” o “Jamás”). Nasville fue todo un descubrimiento y estoy seguro que con su actitud podrán irse ganando un hueco más que merecido en nuestro panorama musical local (quién sabe si también más allá…). 


Lo de Rubén Pozo se puede decir que es puro rock & roll. No solo en sus formas (que cada vez me recuerdan más al carismático Ariel Rot), sino también en su sonido heredero del descaro de Keith Richards. Rubén Pozo es un artista que tiene que desprenderse del lastre de “Pereza”, pues él solo tiene mucho peso en sus composiciones y mucha personalidad marcada por su voz, más frágil que la de muchos compañeros de generación, pero única. Además la actitud de Rubén Pozo convence porque no huele a pose, es real y engancha. Temas como “Esta es mi canción”, “Tonto de tanto (r’n’r)”, “Margot” u “Ozono” (con un increíble solo final que nos trasportó a otro lugar) sonaron en su concierto de presentación de “En Marcha”, un segundo disco quizá con una producción más notable que aquel “Lo que más” con el que debutó en solitario hace tres años, pero algo más lejos que éste en calidez y originalidad, pero no por ello menos recomendable.


Este concierto subió la intensidad del mes de abril, aunque también lo ha hecho el disfrutar de alguna joyita discográfica que se ha asomado por mi ventana. Hablo de “Chasing Yesterday”, segundo disco en solitario de Noel Gallagher tras la separación de Oasis. Tal vez menos inspirado que su predecesor, pero con grandes clásicos en su interior. Y es que Noel Gallagher es uno de los compositores de rock británico más reconocibles y a la vez más interesantes de la música anglosajona.


También “Hijos del Pueblo” ha llegado a mis manos y sorprende por su sonido atemporal. Es un directo que podremos seguir disfrutando perfectamente dentro de 15 años sin que haya perdido un gramo de vitalidad ni se haya visto perjudicado su sonido. La selección que recoge este disco con los bises de la gira conjunta que Calamaro y Bunbury dieran por tierras mexicanas entre octubre y noviembre de 2014 se queda corta, pero es un auténtico regalo para nuestros oídos: Interpretaciones de altura, sentimiento a flor de piel y, como ya he dicho, atemporalidad tanto en la selección de temas como en su sonido (tan pronto suena un rock contundente como un corrido mexicano, un bolero o un tango). Increíbles las tomas de “Maldito duende” o “Crimen” y tremendos los nuevos clásicos redefinidos como ocurre con “Sin documentos” o “Estadio Azteca”. ¡¡Qué ganas tenía de tener este disco en mis manos!!


¿Y qué me decís de lo que está por llegar? Deseando estoy de escuchar si el nuevo disco de Mumford & Sons sigue logrando conmoverme con cada canción o si ese cambio de rumbo que recuerda más a Coldplay que a su folk característico se queda en un intento fallido de sonar más mainstream. Y no digo que los temas que han lanzado hasta ahora no sean buenos, que lo son, pero no suenan a ellos, y eso me hace dudar…


¿Se puede pedir algo más a este mes de abril? Pues hombre, por mi parte no he olvidado a Sabina y sus “500 Noches para una Crisis”, a Wilco y su equilibrado recopilatorio “What’s your 20?”, a los juegos neo-pop de Madonna y su “Rebel Heart”, a Mikel Erentxun y su aventura vital que es “Corazones” o a los clásicos Depeche Mode con “Live in Berlin” de su última gira presentando “Delta Machine” (uno de sus directos más acertados, sin lugar a dudas). 

Y si a esto le hubiera sumado la gira “Carta Blanca” de Quique González (con entradas agotadas en un suspiro para sus dos noches zaragozanas), el último montaje-tributo de Pink Tones o la presentación de “Babilonia” de Revolver (tres citas que por diversos motivos me he dejado en el tintero) el mes de abril hubiera terminado siendo casi perfecto.

Y es que no puede pasar ni un día sin música.


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