Escribir este artículo para "El Giradiscos" me hacía muchísima ilusión porque quería reflejar abiertamente mi pasión por este gran músico que es Fabián, por el que siento una inmensa admiración desde que lo descubrí. Y el décimo aniversario de su debut era una buena ocasión para hacerlo, porque es un disco casi perfecto, una pequeña maravilla que nadie debería perderse.
Conocí la música de Fabián de forma casual. Hacía tiempo que había
dejado de lado el más puro estilo de cantautor y lo que leía acerca del músico
leonés iba en esa línea, por eso no me acerqué a él hasta que me llegaron muchas
referencias y todas ellas muy buenas sobre “Después del incendio y otras cosas
así”. Fue entonces cuando me decidí a darle una oportunidad a su música. En el
momento en el que llegó a mis oídos “La huída” supe que Fabián iba a acompañarme
siempre. Ese disco me cautivó al instante y rápidamente me sumergí en su
discografía. “Adiós, Tormenta” y “Espera a la Primavera” me llevaron a sus
orígenes y pensé cómo podía haber pasado por alto a este compositor e
intérprete tan personal hasta ese momento. Este acercamiento tardío me permitía
disfrutar más si cabe del placer de escuchar y conocer desde cero a Fabián,
dejándome llevar por su música hasta donde ésta quisiera. Efectivamente partía
de la canción de autor pero disco a disco iba más allá, acercándose al pop
elegante y cuidado, pero siempre con una profundidad en las letras que calaba
hondo. Llegaron después “(La Brisa Leve) La Luz Distinta” y el más reciente “La
Fe Remota”, ambos sobresalientes y que confirmaban que Fabián merecía un
reconocimiento mayor por la audiencia general.
Y así nos plantamos en el momento actual, en el que Fabián celebra el
décimo aniversario de la publicación de su primer disco “Espera a la
Primavera”. Un disco que era imposible de encontrar y que ha reeditado su
modesta discográfica “La Viejita Música” para celebrar la efeméride. Como
regalo incluye a modo de bonustracks el que fuera su primer EP “Plegarias”, en
el que vemos los primeros pasos del leonés con versiones de algunas canciones
que luego aparecerían en su disco debut. Gracias a esta reedición he podido
hacerme con el disco (del que hasta ahora sólo disponía de una copia pirata) y
estoy encantado. La verdad es que es un debut increíble, con un nivel altísimo,
que confirma desde el primer minuto que Fabián no sólo se mueve en la canción
de autor sino que domina también las estructuras del pop y del songwriter clásico
americano.
“Marzo” abre el disco de forma delicada, como susurrando. Descubrimos
así una voz que deleita con su cadencia única y que consigue atraparte desde sus
sencillos y directos versos. “Páginas tuyas” nos muestra un ataque más directo
desde una música construida con más garra pero apoyada igualmente en un entorno
acústico. Eso sí, te hace cantar a pleno pulmón hasta volver a la paz y el
minimalismo de “Dos violetas”. “Mis calles de arena” se torna pop, un tema
descriptivo en el que se huele el mar como deseo que parte del protagonista de
la canción y se vuelve tuyo. “Apenas” duele, como una ruptura pero con un final
que llega a arrojar mucha luz. “Horizontes” tiene una sonoridad fantástica, con
la presencia de un banjo juguetón que nos brinda un giro hacia un folk exigente,
y de ahí nos vamos a un guiño casi experimental como es “Principiosobligados”
con una voz distorsionada sonando casi a modo de juego. En “Hoy” sin embargo
embriaga una voz que no encuentra límites, que transmite y desgarra en una
nueva versión del abandono. “Como los gatos” es una maravilla, una canción que
crece y estremece con ese solo de harmónica y eléctrica al final junto a esa
interpretación al límite, en un estilo muy cercano al narrador de historias que
no se avergüenza de todo lo que nos da y al que se lo agradecemos enormemente
por permitir identificarnos totalmente con sus sinceros relatos. Una suerte de
Bob Dylan acercando distancias, de tú a tú. Para terminar hace acto de
presencia “Triunfadores”, una canción que nos habla de la lucha diaria, del
valioso triunfo de salir adelante. Cada vez que escucho esta canción se me
ponen los pelos de punta y los ojos vidriosos, no lo puedo evitar, porque dice
tanto de una forma tan sencilla y a la vez tan contundente… Por algo fue la
ganadora del Certamen Nacional de
Jóvenes Autores celebrado en Elche en el 2004, aunque sin tener que recurrir a
los premios, es una canción que sobrecoge por sí sola.
Todo este torrente de emoción y creatividad se consigue con la
instrumentación justa de manos del propio Fabián a las guitarras, Alberto
Álvarez con una exquisita percusión minimalista, Mario Delgado con su toque
eléctrico, el multiinstrumentista Pepe López o su mano derecha y encargado
también de la producción Yuri Méndez, que sigue colaborando estrechamente con
el músico leonés a día de hoy. Por si esto fuera poco, y como he comentado
antes, en la reedición que nos ocupa se incluyen también las cinco canciones
que formaron parte de “Plegarias” donde además de tres temas ya citados
(“Apenas”, “Dos violetas” y “Triunfadores”), aparecen a modo de presentación la
instrumental que ponía título a este EP y “El tipo equivocado”, donde ya se
vislumbran las dotes innatas de Fabián para zarandearnos con su voz, que tiempo
después serían una constante, uno de los motivos de mi pasión por el artista.
Hablar de este disco, aunque tenga ya diez años, es hablar de una
música atemporal y que perfectamente se puede colar en nuestras vidas en este
momento. Nunca es tarde para dejarla pasar. Así “Espera a la Primavera”
funciona a la perfección gracias principalmente a una voz que te deja con un
nudo en la garganta, con la que todo lo que cuenta se hace creíble, y a unos
arreglos preciosistas infinitamente poderosos. En perfecta comunión con el
Quique González más melódico, con el Drexler más directo e incluso con la
capacidad de sobrecoger que tenía el canto de Jeff Buckley. Perderse entre los
acordes de las canciones de Fabián es un auténtico placer que no deja
indiferente. Gracias por este regalo.
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