lunes, 27 de octubre de 2014

El frío de Futurology

Hablar de Manic Street Preachers es sinónimo de riesgo. Los galeses son una banda fiel a unos principios inquebrantables que se basan en la exigencia y el saber hacer. Ofreciendo siempre a sus seguidores discos más que notables que obedecen a sus verdaderos impulsos, a pesar de que en ocasiones éstos no sean del agrado de todos.

“Futurology” llegó como un disco que parecía volver a sus orígenes tras un “Rewind the Film” más reflexivo y suave. Su primer single “Walk me to the Bridge” sonaba como sus mejores clásicos, rompiendo con su disco anterior y apostando de nuevo por unas guitarras más afiladas y una pose deudora de sus mejores tiempos. Pero después de un mes degustando este nuevo disco me quedo con una sensación fría. Prometía mucho, pero se ha quedado a medias. Con uno de los mejores arranques de toda su carrera (encadenando el tema que da título al disco y “Walk me to the Bridge”, que acabo de mencionar), el disco pierde credibilidad a partir de ese momento y tan solo brillan un par de temas más. Definitivamente se diluye la esperanza de encontrar un disco digno sucesor de aquel “Everything must Go” que tan buenos resultados les deparase allá por el año 1996. “Futurology” se aleja del riesgo de “Rewind the Film” y asume otros, pero que, a mi entender, no han sabido aprovechar. ¿Dónde está el sonido clásico de “Postcards from a Young Man”, el descaro de “Know your enemy”, la crudeza de “The Holy Bible”, el sentimiento de “This is my Truth, tell me yours” o las reminiscencias pop de “Lifeblood”? ¿Manic Street Preaches prometían algo grande? Tal vez yo esperaba eso, pero este disco se ha quedado muy lejos, aunque como en todos los trabajos de la banda haya momentos muy interesantes.


Como he dicho, el arranque de “Futurology” es muy acertado, con la presencia de guitarras afiladas y voces que resuenan como en sus mejores momentos. El single prefecto llega de la mano de “Walk me to the Bridge” (me atrevería a decir que es su mejor sencillo desde mediados de los ’90). Pero el disco comienza a decaer con “Let’s go to War”, que por momentos suena cómico o facilón. Otro de los buenos momentos que contiene el álbum es “The Next jet to leave Moscow” con una melodía muy acertada a pesar de su inicio desconcertante, pero que termina ofreciendo una sonoridad en la línea de los primeros temas más acertados ya citados. En mi opinión, una de las mayores decepciones es el segundo tema utilizado como single “Europa Geht Durch Mich”, un rock industrial y machacón cuya frase que lo titula y se repite en el estribillo no se te va nunca de la cabeza (¿tal vez fuera esa su intención?). Otro patinazo claro del disco es “Sex, Power, Love and Money”, cuya dureza y repetición enlaza con la instrumental “Hugheskova”, en la línea del citado rock industrial de origen alemán sin ofrecer nada nuevo. He saltado en mi comentario “Divine Youth” para enlazar estos tres temas de sonido similar, y es que este medio tiempo queda frío entre los temas citados. Un dúo delicado y preciosista, pero lejos de la profundidad de “Rewind the Film” y, a la postre, entre temas machacones y netamente industriales.

“Black Square” es otro de los temas destacados del disco que podría formar parte del espíritu de “This is my Truth, tell me yours”. Le sigue otro con sonido clásico de los Manic, aunque suavizado con ciertos toques electrónicos bien medidos, como es “Between the Clock and the Bed”, y “Misguised Missile”, que supone una vuelta a los bajos marcados y los riffs recurrentes con un estribillo poderoso que recuerda a “Know your enemy”. “The View from Stow Hill” es un tema tranquilo que anuncia la despedida, aunque cueste encajar la caja de ritmos demasiado plana. Y el cierre vuelve a ser un tema instrumental como “Mayakovsky”, que puede recordar a las clásicas bandas sonoras del Oeste pero con filtro galáctico.

En la edición especial se recogen tres temas extra: “Blistered Mirrors”, que pasa más o menos desapercibido, “Empty Motorcade”, que recuerda al sonido épico de los primeros Manic con un estribillo deudor de su debut “Generation Terrorist”, aunque le sobran los  aportes de sonido disco que pueden decepcionar (éste es quizá el único de los tres que podría haber entrado en la selección final si se mejorase la producción), y “The Last Time I saw Paris”, un divertimento musical con francés incluido cuya base musical es más sólida que el resultado melódico.


Esto es “Futurology”: Un álbum frío, como su portada, que prometía mucho más al escuchar su tema de avance, el acertadísimo “Walk me to the Bridge”. Un disco que hacía pensar que Manic Street Preachers volvían al sonido que les llevó a lo más alto a mitad de los ’90 tras escuchar su arranque, pero que se queda a medias. Tal vez sea un disco para un público demasiado exigente, para sus fans más experimentados, pero a mi me resulta a ratos provocador, a ratos indigesto, a veces aburrido y en escasos momentos brillante. Eso sí, Manic Street Preachers volverán a la carga con otra vuelta de tuerca. Gustarán más o menos, pero seguirán demostrando ser un grupo sólido y bien armado cuyos principios responden fielmente a unos impulsos bien gestionados, basados en el riesgo, la valentía, la firmeza y la solidez por encima de todo. No nos olvidemos: hay pocos grupos como ellos.


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