lunes, 8 de julio de 2013

"Vive le Tour"

Ayer pude vivir en primera persona y por primera vez una etapa del Tour de Francia en su mítico centenario. Y lo hice en una de las etapas clásicas de montaña en el Pirineo francés, concretamente en el ascenso a la Hourquette d’Ancizan, el último de los cuatro puertos que se disputaban en la novena jornada de la presente edición de la vuelta gala.
 
Tengo que reconocer que el espectáculo valió la pena y el esfuerzo invertido para vivir la etapa in situ recompensa con creces por todo lo vivido. Lo primero que me marcó y que me metió de lleno en el espíritu del Tour fue recorrer los 9,6 km de ascensión con una media de 7,7% de desnivel para sentir una mínima parte del esfuerzo que estos titanes de la bicicleta tienen que hacer para enfrentarse a este tipo de puertos. En mi caso la ascensión fue a pie, pero me permitió estar algo más cerca de algunos de los más grandes ciclistas del momento. Y una vez arriba pude buscar la mejor colocación para sentir de cerca la pasión que mueve el ciclismo entre los miles de aficionados que allí nos congregamos.
 

Es difícil expresar la emoción que se siente en el momento que ves pasar a todos esos grandes deportistas a tu lado recibiendo hasta el último aliento cargado de ánimo por parte de los allí presentes. Y fue sin duda una experiencia que seguro intentaré repetir.
 
 
 
Creo que ésta ha sido una gran forma de empezar las vacaciones. Ahora toca descansar y reponer fuerzas para el curso que viene, y desde este blog os deseo a todos un feliz verano. Espero volver en breve para seguir contando un poquito más de todas esas experiencias vitales que me acompañan día a día.
 
Nos vemos pronto.

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