Soy un fiel seguidor de todo el cancionero del artista madrileño y creo sinceramente que su obra no envejece, que siempre sorprende aunque pasen los años, que siempre deja otra oportunidad abierta al oyente. No me canso de ninguno de sus discos y tal vez sean de los que más he escuchado, pero es que siempre ofrecen algo nuevo, algo que despierta lo más profundo, lo más sensible. Sé que el nuevo disco de Quique González volverá a estar en primera línea y no defraudará, sabiendo además que ha vuelto a grabar en Nashville bajo la producción del preciso y certero Brad Jones.
Con respecto a "Tenía que decírtelo" vuelve a dar en la diana. Es la canción que estábamos esperando para estos tiempos con olor a sucio y polvo entre las manos. Lanza disparos certeros y no deja pie en la letra a lecturas nimias: Huídas desesperadas "Los pájaros huyeron del nido usando pasaportes falsos"; falsas verdades que tiñen la realidad "Alguien juega a salvarte la vida con la estrategia de un predicador"; desesperación y vergüenza "Quién quiere abandonar el edificio ya, lo raro es no sentirse fuera de lugar".
Es la mejor canción que podíamos esperar en este momento de Quique González: directa, sin medias tintas, sin miedos. Y le acompaña un ritmo que golpetea y te lleva hasta el gran clímax final con esa guitarra desgarradora marcando un enorme e inspirado solo. El videoclip también es fantástico y está en perfecta consonancia con la letra y la descorazonadora realidad que nos narra el tema:
"Ya están aquí para cubrir el expediente, los presidentes de la desesperación. Ya están aquí con el cuchillo entre los dientes... Tenía que decírtelo".
Imprescindible. Revelador. Gigante.
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