Algunas recomendaciones siempre se acogen con mejor
predisposición que otras, y es que cuando sonó el nombre de Mumford & Sons
entre lo que no podía perderme me quiso sonar y supe que podría haber
potencial: “De verdad, no te va a defraudar”.
Y así lo hice. Conseguí una copia del último disco de
Mumford & Sons, me la puse a oscuras justo antes de dormirme y quedé
totalmente atrapado. Podría decir hipnotizado. Esa música era un regalo y,
claro, me quedé sin dormir hasta escuchar el álbum completo. La verdad es que
mi amigo tenía razón. Mumford & Sons me había cautivado y sabía que el
disco de “Babel” iba a ser un disco muy importante para mi a partir de ahora.
Al día siguiente, como no podía ser de otra manera, me informé sobre el grupo y
descubrí que era una banda avalada por la crítica y por el público desde la
publicación de su primer disco “Sigh No More”. Tenían varios premios y se
habían convertido, según algunas noticias de la prensa especializada, en los
representantes de la nueva escena folk londinense. Todas estas críticas eran,
por supuesto, muy estimulantes para continuar con la escucha de este grupo, pero
lo que de verdad importaba era el poso que sus canciones habían dejado en mi.
Después de escuchar su primer disco “Sigh No More” confirmé que el grupo, su
espíritu y sus canciones eran un “diamante en bruto” y aunque este disco había
sido varias veces premiado y la calidad de sus temas es incuestionable, mi
cabeza me pedía volver de nuevo a “Babel” y encontrarme con esas canciones que
me habían puesto los pelos de punta y que conseguían emocionarme como las
mejores.
Así es “Babel” un disco contundente, con interpretaciones
desgarradas, enérgicas y vitales, el perfecto disco de un grupo honesto. La
verdad es que es un grupo que desde los primeros compases de escucha me recordó
a Dave Matthews Band, de los que siempre me ha atraído su propuesta, y a su sonido
folk americano, pero curiosamente es un grupo británico. Y consiguen un sonido
puramente folkie, pero modernizado, del mejor estilo americano, de ese que
saben dar muestras grandes grupos de ese continente como Counting Crows, Wilco,
R.E.M. en su etapa inicial o los citados Dave Matthews Band.
Recomiendo encarecidamente la escucha de los dos discos de
mis nuevos invitados Mumford & Sons, de los que seguro nos queda todavía
mucho con lo que deleitarnos y disfrutar sin medida. Ahí nos quedarán siempre
temas tan atrevidos como “I Will Wait”, “Lover of the Light” o “Hopeless
Wanderer”, todo un descubrimiento de altura.
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