Hace unos días comentaba en este blog mis impresiones acerca del nuevo disco de Quique González, pero hay otro disco que estos días sobrevuela por mi cabeza y que no puedo dejar de escuchar que también se merece una pequeña reseña. Me estoy refiriendo al recién estrenado disco de Fabián “(La brisa leve) La luz distinta”, lanzado hace menos de un mes gracias a la financiación colectiva del crowdfunding.
Este artista leonés está cada vez más asentado dentro del mundo de los cantautores o “songwriters” (la verdad es que con el tiempo me gusta menos emplear el término de cantautor a pesar de haberlo reivindicado tanto tiempo). Es todo un ejemplo de lucha contracorriente. Un artista mayúsculo, pero poco reconocido, aunque cada persona que se acerca a su música suele caer rendido, cautivado por su cercanía, sus inspiradas letras sobre el día a día y sus irresistibles melodías.
Este es ya su cuarto disco y ha tenido que recurrir a la financiación mediante el crowdfunding para poder sacarlo adelante. Es de todos conocida la crisis en la industria discográfica, pero es una pena que por ella algunos artistas pasen a un segundo plano y se queden sin descubrir sus grandes obras. Aunque me parece que la idea del crowdfunding puede ser la verdadera alternativa para los actuales creadores.
Esta colección de canciones es un auténtico regalo para nuestros oídos. Todo aquel que todavía no conozca a este artista puede encontrar en este disco una buena manera de acercarse a él por lo ecléctico de su propuesta. Tal vez sea su álbum más accesible al gran público, pero es a la vez un álbum inteligente y que sigue dando pasos hacia delante en su carrera.
El disco es ante todo enigmático en sus letras y sus historias pueden ser vistas desde multitud de filtros, tantos como oyentes. Me ha pasado siempre con la música de Fabián. Sus canciones pueden tardar a decirme algo, pero siempre me lo dicen en primera persona, se hacen mías y ahí está la gracia de sus letras. Se transforman para el oyente y llegan a decirte algo que se hace tuyo. Entonces te enganchan y se quedan para siempre dentro de ti, repitiéndote esa idea que deja poso. Fabián canta directamente para ti, a veces con más energía, a veces susurrando, pero siempre con una enorme sutileza. Y entra más y más sugiriendo caminos… Canciones que se convierten en caminos.
Así “(La brisa leve) La luz distinta” nos habla de amor y soledad, de huidas y encuentros, de búsqueda y de libertad. Todavía no sé con qué canción me quedaría, pero qué más se puede pedir cuando Fabián se une a Quique González para cantar “Todas las aves del sur”, cuando nos advierte del final y del principio tras la huída en “No tengas miedo”, cuando nos habla del paso del tiempo y de reconocer con él nuestros cambios en “La luz distinta”, cuando nos invita a vivir cada momento como el único en “Ayer por fin soñé que te secaba el pelo”…
Así es Fabián: un experto en contar historias que calan hondo, que dejan poso, que se hacen tuyas y que crecen con cada escucha. Aprovechad “la brisa leve” y descubrid “la luz distinta”.
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