Una vez más este director de cine australiano ha hecho que me enamore y sobrecoja con su particular visión de las más grandes historias de amor de todos los tiempos. Lo hizo con la atrevida revisión pop del clásico de Shakespeare "Romeo y Julieta" ambientado a finales del siglo XX. También lo logró con una de las historias más conmovedoras sobre el amor que rompe todas las barreras como fue el experimento musical de "Moulin Rouge", ambientado en el París bohemio de 1900. Y ahora lo vuelve a conseguir con esta versión del clásico de F. Scott FitzGerald "El Gran Gatsby" que refleja un colorido Nueva York de los años 20, rico, electrizante y muy atractivo.
"El Gran Gatsby" es puro cine de Baz Luhrmann: Amor y pasión en una tragedia clásica, narrada con un ritmo trepidante. Luhrmann la ha sabido llevar a su terreno y de nuevo me ha hecho disfrutar de cada escena y cada plano por su singular visión tan caótica como milimétrica, tan moderna como clásica, tan personal y única. Si con la historia narrada en "Australia" me dejó más indiferente con "El Gran Gatsby" consigue lo mejor de sí mismo, como ya hiciera con la anteriormente citada "Moulin Rouge".
Por supuesto que sé que hay muchos detractores de este director considerado un visionario para unos y excesivo para otros, pero sin duda, para mi, es todo un referente.
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