Veo necesario hablar de la
gira conjunta que están realizando Quique González y José Ignacio Lapido bajo
el título de “Soltad a los Perros” por lo llamativo de la propuesta y por las
pocas veces que hemos visto este formato en nuestro país. Los dos músicos se
dieron cita en la capital aragonesa el pasado viernes 7 de noviembre en la
mítica Sala Oasis, un lugar muy querido para el músico madrileño, pero al que
no veíamos en sus tablas desde la gira de presentación de “Avería y Redención”,
allá por el año 2007 (sus últimas giras han recalado en Zaragoza en La Casa del Loco y los Teatros Principal y de
las Esquinas).
Hay luces y sombras en esta gira, aunque su propuesta sea de
lo más atractiva. Ver a los dos músicos protagonistas sobre el escenario juntos
en todo momento y alternándose a capricho los micrófonos no es lo habitual en
este tipo de eventos. Lo normal en las giras conjuntas es ver a cada
músico con su banda por separado compartiendo tan solo algunos temas entre
ambos al principio y final del espectáculo (pongamos de ejemplo la actual gira
de Calamaro y Bunbury en México o la que compartió el mismo Calamaro con Fito
& Fitipaldis en el año 2007 en nuestro país). Solo por esto ya merece la
pena presenciar alguno de sus conciertos si tenemos la oportunidad, porque se
demuestra lo valiente de la propuesta y su espíritu libre. Pocas veces veremos
tanta química entre dos músicos que comparten escenario, como si realmente
formaran parte de una misma banda. Alumno y maestro como dos piezas del mismo
engranaje muy bien engrasado. Eso sí, en
este caso destaca claramente Quique González, que se adueña del cancionero del
granadino y lo hace suyo sin ningún problema. Sin embargo a Lapido se le ve más
suelto con la guitarra, dejando su protagonismo en la sombra, incluso cuando
canta las canciones del madrileño. Podemos decir que el alumno se ha apoderado
del maestro, aunque es un triunfo que los dos vayan por la misma senda, la de
una carretera secundaria que todos queremos recorrer. Es verdad que estas
carreteras no son fáciles de transitar, que nos llevarán por caminos estrechos
y multitud de obstáculos, pero merece la pena asumir riesgos, interiorizar un
cancionero más sombrío, más exigente y menos convencional, pero por momentos
más rico y lleno de matices.
Todo esto es lo que pudimos ver el pasado viernes en la
Oasis. Una gira que deseaba desde hace tiempo, pero que me ha dejado algo
confuso y con ganas de más. Creo que todo lo que he reflejado más arriba podía
haber dejado más poso con un repertorio mejor seleccionado, sobretodo en el
caso de las canciones de Quique González. Vale que los últimos trabajos del
madrileño tengan una sonoridad más parecida a la del granadino, pero se echaron
en falta algunos clásicos de sus primeros discos (¿no creéis que hubiera
quedado de maravilla “Pequeño Rock n' Roll” a dúo? ¿o algún tema más denso como
“Y los conserjes de noche”?). Las últimas canciones de Quique González
funcionan, pero se necesita algo más de esa frescura que se perdió tras su
visita a Nashville. Lo mejor del repertorio seleccionado para la ocasión de González son, sin
duda, los temas de “La Noche Americana”, el último disco mano a mano con Carlos
Raya que nos dejó a un Quique muy americano, pero también al más fresco y cercano, algo que se ha
perdido de alguna manera con los músicos del estudio de Brad Jones, precisos y
certeros, pero demasiado correctos. Es hora de que Quique González deje a las
guitarras romperse y dé la bienvenida de nuevo al descaro (como sucede con la
siempre efectiva “Hotel Los Ángeles” o con el cierre final de “¿Dónde está el
dinero?”). Y eso se echa en falta en esta gira preparada con tanto mimo, pero a
mi parecer con poco espacio para la improvisación. Además, creo que la
presencia de Pepo López (el último de los guitarristas con los que ha contado
González para sus giras) se convierte en la pieza más disonante del
escenario y ensombrece el trabajo de Víctor Sánchez (mano derecha de Lapido a la guitarra), artífice de
esa crudeza tan deseada y del buen hacer a las seis cuerdas.
De Lapido destacar su precisión a la guitarra, pero queda
evidenciada su falta de gancho en la voz si lo comparamos con Quique. Tal vez
por eso su interpretación vocal queda en un segundo plano y donde brilla es en
la ejecución de grandes momentos con su Gibson SG o su Telecaster (increíble el final de “En el
Backstage” o la furia de “Cuando por fin”).
Por destacar algunos momentos del repertorio del viernes
citar un arranque a medio gas con “Ladridos de perro mágico” pero mejorado con
“La luna debajo del brazo”. Señalar las emocionantes “Se equivocaban contigo” o
“El más allá”. Encumbrar el trío de encadenadas con “Kid Chocolate”, “Hotel Los
Ángeles” y “En el backstage” (¿lo mejor de la noche?). Aplaudir la
interpretación sentida de “Algo me aleja de ti” o “Daiquiri blues”. Y vibrar
con la primera despedida, la enérgica “Cuando por fin”, o el último dúo de
cañonazos “Cuando el ángel decida volver” y “¿Dónde está el dinero?”.
Por supuesto que en el concierto se les vio disfrutar a los
dos músicos como nunca. Han confeccionado una gira a su medida, para revolcarse
por el escenario como “gato panza arriba”, para soltar toda la garra de sus
“perros furiosos”, para concederse un enorme regalo. Y saben aprovecharlo.
Ahora solo espero que esta gira dé sus frutos en forma de disco para poder
empaparse mejor de todos los detalles, que seguro que nos aportarán mucho más.
Pero lo que me queda claro es que lo mejor que podría pasar tras esta gira es
que Quique González revisara el cancionero de Lapido en un disco de versiones
del granadino (como hiciera con tan buen resultado en “Algo me aleja de ti”)
porque queda constatado que ajustan a la perfección con su actitud actual y se
le adaptan como anillo al dedo. Tal vez así pudiéramos acercarnos mejor a la
magia de Lapido y ésta podría ser reconocida por todos los seguidores de Quique
González. Al fin y al cabo esta gira tiene también mucho de promoción y de camaradería
para echarse una mano entre los dos músicos y abrir caminos.
Este fue el setlist completo de la noche:
Ladridos de perro mágico
La luna debajo del brazo
El carrusel abandonado
Me agarraste
Luz de ciudades en llamas
Se equivocaban contigo
Deslumbrado
Antes de morir de pena
Kid chocolate
Hotel Los Ángeles
En el backstage
El más allá
Dallas-Memphis
En medio de ningún lado
Clase media
Algo me aleja de ti
De espaldas a la realidad
Cuando por fin
-------------------
Daiquiri blues
En el ángulo muerto
Nubes con forma de pistola
Vidas cruzadas
-------------------
Cuando el ángel decida volver
¿Dónde está el dinero?
No hay comentarios:
Publicar un comentario