Pudimos ver interpretaciones llenas de dualidad y provocación
como ocurrió en “Tristeza”, confesiones cargadas de honestidad y dramatismo
como en “Extrema pobreza” y sobretodo pudimos cantar a todo pulmón grandes
temas rescatados de su mágica etapa al frente de Piratas como “El equilibrio es
imposible”, “m”, “Promesas que no valen nada”, “Inerte”, “Años 80” o “Mi coco”. Estas canciones
siguen dejándome sin palabras, simplemente extasiado al dejarme llevar por el
torrente de emotividad que destila en sus interpretaciones.
Tampoco quiero dejar pasar los pequeños regalos que nos dejó
Iván al interpretar algunas versiones como “Vidas cruzadas” de Quique González,
“Tierra” de Xoel López o la siempre presente “Insurrección” de El Último de la
Fila, coreada por todo el público como es habitual en sus directos desde hace
más de 15 años.
Insisto, una vez más consiguió desatar mis más profundos “secretos
deseos”, como diría en una de sus canciones, y me hizo descubrir con más claridad
lo que definió como “la zona sucia” de su repertorio, la zona más “oscura” y
“negativa” de ese mundo de canciones enredadas y sombrías que nos dejan un
dulce sabor amargo.
Ironía, emoción, crudeza, empatía con su público,
provocación... todo eso es Iván Ferreiro. Por ahora me quedaré esperando su
nueva colección de canciones, que avisó que llegaría pronto y que seguramente
conseguirá volver a atraparme como siempre logra conmigo.
Que memoria prodigiosa para recordar casi todo el track-list :-)
ResponderEliminarYo también disfruté cual groupie, desde nuestro puesto privilegiado de primera fila jeje